Calentando motores para IFAC2104: ¡conoce sus entresijos!

Queda apenas un mes para la nueva edición del Festival Internacional de Arquitectura y Construcción IFAC 2014. Desde mimbrea, atraídos por el formato novedoso y festivo de este encuentro, queremos apoyar al festival presentándoos una selección de lo que allí ocurrirá. Hemos hablado con algunos de los protagonistas: organizadores y tutores de los talleres y estamos seguros de que os interesará lo que tienen que decir.

Os presentamos hoy nuestra charla con Alejandro Cano, Jaime Martínez y Gonzalo Berrazueta, impulsores y organizadores de la iniciativa. Nos cuentan cómo surgió el Festival y los retos que asume para repensar las zonas rurales, la tecnología de la construcción y su aprendizaje, todo con mucha alegría.

¡Ah! Antes de pasar a leer, si aún no te has decidido a ir date prisa porque ¡sólo quedan 12 plazas!

¿Cuál fue vuestra puerta de entrada al universo de la sostenibilidad?

La puerta al mundo de la sostenibilidad se nos abrió al organizar el primer Festival Internacional de Arte y Construcción, en el verano de 2012. Fue una iniciativa de tres amigos de la escuela de arquitectura de Madrid, concienciados con el papel que el medio rural ha jugado en el pasado, aportando una infinitud de ejemplos de arquitectura, arte, consumo, relaciones sociales y formas de vida demostradamente sostenibles y coherentes con su medio natural y social. La idea de partida era hacer una revisión de todo esto, ver qué se podía rescatar y qué se podía aportar desde los paradigmas actuales de cara a plantear qué puede o debe ser el medio rural en el presente-futuro.

El Festival IFAC que ya está en su tercera edición, ¿qué expectativas teníais y qué resultados habéis obtenido?

Comenzamos con mucha ilusión y mucha ignorancia. Por una parte, la idea era plantear un debate colectivo entorno a las vías que el medio rural ofrece de cara a construir formas de vida más sostenibles. Por otro lado, partíamos de la intención de generar un espacio de reflexión y participación destinado a jóvenes arquitectos, artistas, estudiantes y profesionales de todo tipo. Queríamos ofrecer un lugar donde experimentar en vivo con técnicas y procesos que en la carrera se quedan en papel.

El balance de estos tres años es más que positivo. Una idea clave del IFAC era proponer un lugar de encuentro, una red de jóvenes activos en distintos ámbitos relacionados con la arquitectura, el arte, la participación ciudadana… Y estamos muy contentos con la red que se está creando. En el panorama actual hay muchos arquitectos jóvenes y estudiantes que están proponiendo cosas muy frescas, cargadas de ilusión y de voluntad transformadora, como formas de asociacionismo novedosas y horizontales. Nuestra ilusión es seguir ofreciendo un espacio para estos discursos que poco a poco van irrumpiendo.

¿Por qué un festival en lugar de un congreso? ¿Qué aporta este formato?

Es una cuestión puramente lingüística. Las palabras festival o congreso están cargadas de prejuicios respecto al formato. Quizás términos como “simposio”, “congreso” o “certamen” poseen unas connotaciones más formales y una mayor pretensión intelectual.

Entre estas posibilidades escogimos festival porque no nos interesan los bordes que determinan donde empieza o termina la pedagogía, la teoría, la práctica o el ambiente festivo. Estos bordes suelen estar marcados fuertemente por una dinámica de consumo, en donde no caben formas intermedias. La intención no era separar aún más estas esferas, sino integrarlas bajo una perspectiva holística. Por eso en nuestra huida del formato meramente académico adoptamos el nombre de  “Festival” para la iniciativa.

Y ¿por qué en un entorno rural? ¿cómo se vive la experiencia del festival?

Nos interesa especialmente la obsolescencia y el abandono del medio rural, observable en el porcentaje de población que aún hoy migra hacia las ciudades constantemente.

Es curioso apreciar que hasta el s.XX más del 90% de la población se organizaba en núcleos menores de 10.000 habitantes, siendo las últimas décadas las que agreden y condenan más notablemente al medio ambiente. Vemos al medio rural como una víctima de la cultura de la rentabilidad. Creemos que “lo rural” se debate hoy entre dos polos. Por una parte, es un espacio de ficción sobre el que la pretendida sociedad urbana proyecta la ilusión de su pasado, convirtiéndolo en un bodegón, en un nicho de mercado. Y por otro lado, se observa como un residuo en la conquista de la modernidad, dentro de una moral del triunfo de lo urbano, que condena al fracaso del medio rural que quiere seguir siendo rural. Esta dicotomía es el marco teórico en el que el que el IFAC quiere plantear los interrogantes. No de una manera dogmática, sino abriendo el debate a actores, enfoques y disciplinas diversos.

La temática de este año es “Futuro Rural Autosuficiente” pero hacéis mucho hincapié en la tecnología, ¿qué propuestas pueden encontrar los participantes de IFAC 2014?

A menudo tendemos a considerar la tecnología como una suerte de ciencia neutra, que produce artefactos neutros, aislados de las esferas de la sociedad, la política o el medio ambiente. Del mismo modo, muchas veces se observa lo tradicional o lo rural como algo necesariamente positivo, desde una óptica puramente bucólica.  Nuestra intención es alejarnos de esta visión, y buscar un equilibrio.

El tema de fondo es buscar formas de vida y modelos sociales respetuosos y sostenibles, y para ello habrá que reflexionar y debatir para ver qué debemos recuperar del pasado y qué pueden aportar las nuevas tecnologías, materiales y sistemas constructivos. Como podéis ver en el cartel hay más de 30 talleres y actividades que van desde la experimentación con materiales, sistemas constructivos, reciclaje de mobiliario, permacultura, instalaciones artísticas, murales o audiovisuales. También actividades como la construcción de paneles fotovoltaicos o sesiones de yoga, y ciclos de cine independiente o de arquitectura desde la perspectiva de la mujer. Se trata de una suma de esferas diferentes en apariencia pero que se van entrelazando dando lugar a un todo abierto y flexible.

¿Cómo ha sido la selección de los talleres? ¿Cuál es el perfil de los tutores?

Todos los talleres fueron seleccionados por concurso abierto, en el que se establecieron cuatro bloques de talleres: Constructivos,  prototipos, artes plásticas y teóricos. No hay restricciones de ningún tipo para participar en el concurso. No obstante, se valoraron habilidades como  experiencia, comunicación o conocimiento de las técnicas desarrolladas en el taller.

El perfil es muy variado, desde estudiantes con ganas de experimentar, hasta profesionales, colectivos, asociaciones o estudios que trabajan en temas convergentes con los que plantea el IFAC. En todo caso es gente activa, con ilusión y con ideas muy frescas, para quitarse el sombrero.

Este año repetís localización en Covarrubias, ¿cuál es la relación del festival con el municipio? ¿Cómo lo reciben los habitantes?

Tras la experiencia del 2013 en Covarrubias, tanto la organización como el pueblo quedamos muy satisfechos. Repetir un año más en este pueblo medieval nos ha servido para trabajar en mejorar el evento en todos los aspectos: más y mejor programa, alojamiento y logística.

¿Cómo funciona el festival y los talleres? ¿A quién están dirigidos?

La dinámica del festival gira en torno a tres principios.

  • Educación práctica: Tratamos de consolidarnos como un agente de formación multidireccional y participativo. La rotación de los participantes por los talleres permite superar las barreras impuestas por horarios o lugar.
  • Libertad creativa: La libertad de acción y expresión se potencia mediante el acceso de los participantes a todo tipo de material y herramientas. Esto deriva en creaciones e iniciativas espontáneas, únicas e impredecibles, construcción de pequeños espacios públicos con técnicas low-tech, dispositivos, artefactos, intervenciones artísticas, performance…
  • Enriquecimiento colectivo: En IFAC tienen presencia actores de diversas disciplinas artísticas, siendo la arquitectura la columna vertebral.

Aunque la media de edad de los asistentes ronda los 25 años y suelen estar relacionados con el arte y la arquitectura de alguna forma, el evento está enfocado al público general interesado en cualquiera de los temas que trata el festival.

Desde las primeras ediciones, muchos talleres tratan de la construcción alternativa y tradicional, ¿cómo veis la evolución y el futuro de este tipo de construcciones? ¿se limita al mundo rural?

Vemos fundamental impulsar la investigación y las posibilidades de técnicas tradicionales low-energy para reforzar y consolidar arquitectónicamente espacios públicos y privados.

Lamentablemente aún hoy muchas de estas técnicas como tapial, bóvedas catalanas, adobes, balas de paja… resultan inviables en el mundo urbano. La tarea más complicada en este sentido es sustituir el omnipotente criterio de la rentabilidad económica por otras formas de rentabilidad: rentabilidad social, rentabilidad ecológica, e incluso rentabilidad estética

Poco a poco parece que hay más talleres teóricos y reflexivos, y también de arte, ¿cuál es el futuro de IFAC?

El futuro de IFAC seguirá siendo el mismo: generar un espacio de expresión e intercambio entre jóvenes activos, con ilusión y con ganas de aportar cosas. Otra cosa es la metodología empleada, y en este sentido, aunque haya un incremento de talleres teóricos y reflexivos, IFAC tiene una vocación puramente práctica, para llegar allí donde las escuelas de arquitectura no llegan

Empezásteis como estudiantes pero ahora como profesionales, ¿cuáles creéis que son los  retos del sector de la construcción para el futuro y cómo los afrontáis?

El principal reto que tiene la construcción en el futuro/presente es asumir y gestionar todo el excedente construido fruto de cierta burbuja; trabajar con lo ya hecho, con fuertes restricciones. La industria de la construcción engloba a muchos actores, con intereses diversos y a menudo contrapuestos. Todos ellos deberán asumir sus propias contradicciones, y en todo caso desvincularse de criterios  solamente economicistas para acoger otros que poco a poco van emergiendo. Nuestra propuesta es simplemente colaborar en la medida de lo posible para generar un caldo de cultivo que conduzca a cambios y rupturas respecto al modelo dominante de la construcción.

Finalmente, ¿qué aconsejaríais a los futuros profesionales de la sostenibilidad? ¿por qué participar en IFAC 2014?

IFAC es un espacio transversal en muchos aspectos. Los talleres y las actividades propuestas están abiertos tanto a personas sin experiencia interesadas en la temática, como a profesionales o expertos en alguna de las disciplinas que recoge el festival. Esta dinámica de aprendizaje colectivo hace que cualquier persona interesada en aprender o compartir conocimientos esté invitada a participar.

Por otra parte, aconsejaría seguir formándonos, construyendo espacios de reflexión, y mantener un espíritu crítico para atajar el problema de raíz. Creo que el gran reto de los profesionales de la sostenibilidad es estar alerta de las derivas economicistas, y saber huir de las voces de sirena de un capitalismo que se quiere vestir de verde.

Imágenes:
Copyright IFAC