La Casa Manifiesto ubicada en Curacaví, Chile, nos muestra todo el potencial de los materiales reciclados combinados con el diseño bioclimático. La empresa Infiniski consigue mediante sistemas prefabricados una vivienda cálida y perdurable, más cerca de los valores asociados a un producto artesanal que a los que normalmente asociamos a la industrialización. Una vivienda rápida de construir, económica y de gran autonomía energética.
La principal singularidad de esta vivienda unifamiliar es su estructura, formada por tres contenedores marítimos reutilizados. Los techos y paredes de los propios contenedores conforman los espacios, esto supone un ahorro considerable en material y horas de ejecución.
En la planta baja, un contenedor dividido en dos partes sirve como soporte estructural de los dos contenedores de la planta primera. El espacio resultante de esta operación que aparece en la planta baja se convierte en un espacio habitable, de forma que con sólo tres contenedores (total 90m2) consiguen una vivienda de 160m2 dividida en dos plantas. La distribución: salón-comedor, cocina, habitación, baño y terrazas en planta baja; y en la primera planta la habitación principal con su baño, sala de estar, 2 habitaciones con baño compartido y 2 terrazas.
“La casa genera una permeabilidad en su eje este-oeste desvaneciéndose sobre el paisaje a través de un gran espacio acristalado como quien está bajo un gran puente en la mitad de la nada… este efecto, al estar en la zona más social de la casa, da una especial magia y calidez a este lugar donde ver el amanecer o el atardecer puede ser toda una experiencia lúdica.”
Uso del bioclimatismo
Para convertir los contenedores en un espacio acondicionado para vivir, tienen en cuenta conceptos de diseño bioclimático, ellos lo llaman Form Follows Energy, y les anima a aprovechar las energías directamente. Como decíamos, la casa está formada por un sistema de viga puente en planta primera que crea un vano en la planta baja. Éste se acristala en las fachadas opuestas de manera que reciban la luz solar durante todo el día y permite una máxima ventilación.
Para adecuarse a las estaciones del año, la casa usa la técnica de “vestirse y desvestirse”. La prenda es una piel solar transventilada, colocada tanto en fachadas como en cubiertas. Se viste con la piel en verano para protegerse del sol creando un efecto de refrigeración natural pasivo. Y se desviste en invierno para permitir la incidencia del sol ya sea sobre la chapa del contenedor o sobre los ventanales creando un efecto de calefacción natural pasivo. Se utilizaron dos tipos de pieles en fachada: una a base de lamas de madera horizontales fijas y otra de pallets móviles. Ambas soluciones forman una cámara de aire entre la piel y la fachada o cubierta de los contenedores proyectando su sombra sobre ellos. Además esta piel sirve como acabado estético que se integra en su entorno rural.
Las pérgolas que dan sombra a las terrazas de la planta baja, permiten controlar la entrada del sol directo a través de los ventanales y protegen de la radiación solar del norte (hemisferio sur). En el invierno se levantan al máximo para permitir la entrada del sol más tendido y generar un efecto invernadero en el interior. En verano se bajan, más o menos, dependiendo de la hora del día y de la temperatura exterior para un efecto de ventilación natural.
El cerramiento interior está conformado por aislamiento de celulosa reciclada, proyectada sobre el interior de la chapa del contenedor y acabado con paneles ecológicos de fibra de celulosa y yeso.
Con estos elementos de aislamiento térmico pasivos, y la incorporación de paneles térmicos solares para el calentamiento de agua y calefacción, la casa logra una autonomía energética del 70% en comparación con los sistemas tradicionales. Esto se traduce en una gran reducción de la demanda energética en la vida útil de la vivienda.
Cambios en la industria de la construcción
- Duración de la obra y precio
Esta vivienda fue realizada en 90 días y por el precio de 79.000€, no llega a 500 €/m2. Esto la hace deseable y accesible al mismo tiempo ya que el valor de una vivienda convencional viene siendo cuatro veces más.
- Materiales industrializados
La mayoría de los materiales de la vivienda vienen acabados y montados de la fábrica. Infiniski tiende hacia una construcción más industrializada y modular que permita una gestión más eficaz los residuos, la reintroducción de materiales reciclados y pensar en un proceso más integrado de construcción.
Tanto el exterior como el interior se emplean hasta un 85% de materiales reciclados, reutilizados y ecológicos: celulosa reciclada y el corcho para el aislamiento, pallets reutilizados para piel exterior, aluminio reciclado, la madera procedente de bosques sostenibles, pintura ecológica, etiqueta ecológica cerámica …
- Flexibilidad para implementación del sistema
El diseño modular y el sistema constructivo permiten proyectar pensando en el futuro o dejando abierta la posibilidad de cambio o agregación. Se hace posible una ampliación de manera rápida y coherente en caso de que cambien las necesidades del cliente.
Este tipo de proyectos demuestran cómo una vivienda unifamiliar puede formar parte de la transformación del sector de la construcción. No sólo con su actitud sostenible y de cuidado del medio ambiente sino también con el tipo de desarrollo económico y social que genera. Existen muchas formas de mejorar nuestro entorno a través de la arquitectura y tenemos a nuestra disposición infinidad de referentes para hacer nuestra vivienda sostenible.
Antonio Corcuera
Tweet
Pingback: Hablando de construcción Modular (Parte II) | mimbrea
Pingback: Mi blog, tu blog, su blog de sostenibilidad | mimbrea
Muy interesante hasta para ignorantes (y casi ni semilla de proyecto de ecohabitantes) como yo. Muy bien!
Pingback: Nuevos roles para viejas construcciones | mimbrea