Ya os hemos contado en otras ocasiones cómo alquilar casas más sostenibles gracias a la información que nos proporciona el certificado energético.
Hoy queremos hablaros de tres proyectos relacionados con el alquiler y la sostenibilidad que van más allá de a eficiencia energética y que nos han llamado la atención por su apuesta en la promoción de valores comunitarios a partir del negocio inmobiliario.
Uno de ellos es la Red de Viviendas Sostenibles impulsadas por Incovi. Esta red es “un colectivo de propietarios y usuarios comprometidos con impulsar un parque de viviendas sostenibles de alquiler a un precio justo. La Red pone en valor la apuesta de los propietarios para recuperar las viviendas con criterios medioambientales y agrupa a usuarios que buscan una vivienda ecológica y eficiente”. Aún no es mucho más que un servicio de alquiler que una constructora basada en la sostenibilidad ofrece a sus clientes. Pero tiene el potencial de convertirse en un espacio de intercambio de estrategias y modos de vida sostenibles al unir en una red a todos los interesados el las viviendas sostenibles.
El segundo es el proyecto de la Fundación Mambré para personas sin hogar. Aunque la eficiencia energética no es uno de sus puntos clave, creemos que es un proyecto que trabaja desde los conceptos de sostenibilidad social. Alquilando pisos en distintos barrios quizá esta asociación promueva el exitoso modelo de alquiler de la ciudad de Viena que consigue “crear una mezcla de personas de diversos ingresos y clases sociales para no crear guetos”.
Finalmente, nos ha interesado mucho la propuesta de Llogam, “un modelo diferente de gestión de alquiler de primera residencia que busca promover el intercambio en el que se vea compensada una parte del precio de arrendamiento en forma de trabajo. Lidia Martín, arquitecta y fundadora de este proyecto, advierte que este trabajo puede estar enfocado directamente sobre la mejora o mantenimiento del edificio con trabajos u oficios de construcción o reformas, así como, también otro tipo de actividades y profesiones más allá del propio inmueble”. Aunque aún no está en activo, este es un modelo que incluso la ley contempla y que ya se está dando como acuerdo privado en muchos casos e incluso están usando algunos ayuntamientos para sus programas de alquiler para jóvenes. La Fundació Sergi tiene un programa similar inspirado en los caseros de las antiguas masías.
Estas tres iniciativas nos hablan de que una ciudad sostenible es mucho más que eficiente. Es socialmente inclusiva, tiene redes sanas y activas de personas que comparten intereses y es flexible en sus formas de llegar a acuerdos privados como nos demuestra el caso del alquiler por trabajos.
Imágenes:
Antonio Marín Segovia en Flickr, Licencia CCbyncnd
David Amsler en Flickr, Licencia CCby
Fundació Mambré Copyright
Este artículo está patrocinado por Nestoria.
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