Teodoro, un ecohabitante estudioso de la arquitectura popular y de su reutilización integral, nos pregunta sobre la realización de una solera de cal y arena, armada para una rehabilitación.
“Estoy rehabilitando una casona del XIX para su uso como museo, casa urbana con corral o patio, sobre el que vamos a extender previo vaciado y limpieza, un encachado y una solera de cal armada con mallazo metálico, para mejorar su resistencia, ya que tapamos un antiguo pozo de bodega, y nos podría fisurar la solera con un acabado continuo de mortero de cal mas fino.
¿Los redondos de acero corrugado de 5 mm se adhieren al mortero de cal 1/3? o se debe utilizar material plástico para estas tensiones, el transito es de paso de personas, no de vehículos.”
Hola Teodoro, el principal problema de adherencia con la armadura puede generarse por una incorrecta granulometría de los áridos, si el árido a emplear es únicamente arena no tendrás problema a este respecto. Que el acero sea corrugado propiciará la adhesión con el mortero de cal.
El espesor de la solera también será un factor determinante de la protección de las armaduras, si es muy pequeño pueden quedar demasiado expuestas.
La cal, en concreto la hidraúlica por los silicatos de su composición, actúa como inhibidor de la corrosión de las armaduras metálicas, pero puede haber otras propiedades de la cal como su permeabilidad al vapor de agua u otros agregados al mortero que favorezcan la corrosión. Por ello, para mayor precaución se puede aplicar una pintura anticorrosiva, como el minio.
Otra opción de refuerzo compatible con los morteros de cal es la realización de un mallazo de redondos de fibra de vidrio. A la vez que mejorará la resistencia a flexotracción de la solera, evitarás las posibles incompatibilidades que pueden surgir con los refuerzos metálicos por su oxidación.
Imágenes:
Carlos Baron
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Desdeluego la cal hidráulica se comerá el metal. Tampoco soy muy partidario del minio por ser un material extremadamente tóxico. ¿Has pensado en la caña o el bambú? Tenemos muchas experiencias y el resultado es fenomenal. Si revisas el libro “Aprendiendo a restaurar” de Fernando Vegas y Camila Mileto, hay un capítulo donde te explica muy bien como se hacías las soleras armadas con caña. Tambien hay buenas experiencias de armar el mortero con cañamiza y/o perlón. Ya que estamos hablando de arquitectura popular utilicemos materiales populares ¿no os parece? Abrazos.
Sí, tenemos ese libro y es una joya!
Gracias por los comentarios. A nosotros también nos gustan mucho las fibras naturales, de hecho tenemos experiencia con soleras aislantes armadas con fibra de cáñamo y dan muy buenos resultados, además de ser un material muy agradable para trabajar y muy poco pesado.
En este consejo nos centramos en soluciones con metal y fibra de vidiro porque así nos lo sugería el lector, pero las alternativas son infinitas y, por supuesto, las de la arquitectura popular son unas muy interesantes.