La semana pasada estuvimos en un idílico paraje junto al Mad River, en Warren, estado de Vermont (E.E.U.U.). Allí se encuentra la Escuela de Diseño/Construcción YESTERMORROW. Los valores directores de esta escuela se sintetizan en su propio nombre: inspirándose en las tradiciones de ayer (yesterday), trabajan para un mañana (tomorrow) más sostenible. Utilizan nuevas estrategias de diseño, tecnologías de vanguardia y materiales tradicionales e innovadores para empoderar a sus alumnos en la creación un mundo mejor.
Yestermorrow fue fundada en 1980 por John Connell y un pequeño grupo de amigos arquitectos que querían cambiar la forma de construir casas y comunidades. Hicieron realidad su sueño enseñando a personas de todas las edades y de todos los ámbitos un nuevo proceso que integra diseño y construcción.
Han dedicado estos 30 años a acercar el diseño y la construcción a la gente, tratando de desmitificarlos. Para ello fomentan las habilidades constructivas de los estudiantes mediante un aprendizaje experimental y el contacto con los materiales. Como nos decía Amanda, “la práctica es fundamental para que los diseños sean coherentes y generen resultados cargados de intención, que expresen los valores de los creadores.”
Un paseo por las aulas de diseño lo demuestra. En Yestermorrow se motiva a los estudiantes a dibujar a mano porque creen que, mediante bocetos y anotaciones, somos capaces de expresar más intencionada y creativamente nuestras ideas. Además posibilita que todo el mundo pueda diseñar, sin necesidad de formación en programas informáticos. También nos ayuda a ser conscientes de como los diferentes materiales y componentes llegan a ensamblarse, integrando el acto del diseño con el de la construcción.
Los talleres van dirigidos a cualquier persona interesada, estudiantes, arquitectos con ganas de experimentar en la construcción, personas dedicadas a la construcción con inquietud por el diseño… Los formatos de los talleres son muy adaptables: desde un fin de semana, hasta seis meses o incluso un año, en el que los alumnos disponen de los dormitorios y zonas de acampada de la escuela. El edificio principal alberga las oficinas administrativas, un gran estudio, biblioteca, carpintería, sala de conferencias, cocina, comedor, y dormitorio con 5 habitaciones.
En ocasiones, las propias instalaciones de la escuela se construyen en los talleres si hay necesidad de ampliar alguna zona o de un nuevo equipamiento. Tiene un plan a seguir, pero siempre con la intención de modificarlo y mejorarlo con los participantes. Entre los estudiantes, profesores y becarios ya han construido tres cabañas, una casa-árbol, un baño seco, una ducha solar, yurtas, un horno de barro, plataformas para la zona de acampada, una zona de clase al aire libre, y mucho más.
Otros talleres sirven de apoyo a la financiación de la escuela, ya que los productos construidos son vendidos a particulares. Estos clientes saben que quizá la construcción no llega a finalizarse durante los talleres, pero por otro lado no pagan el costo de la mano de obra. También pueden verse obras de Yestermorrow formando parte del mobiliario urbano de los municipios cercanos como las paradas de autobús.
Esta escuela brinda la oportunidad de tener un aprendizaje completo, fomentando nuestra autonomía para realizar nuestras propias obras. Ponen en nuestras manos madera para la rehabilitación de una vivienda, paja para un cálido espacio de retiro o biocombustibles, acercándonos a la bioconstrucción. También trabajan con sistemas innovadores enfocados a la eficiencia, desarrollando placas solares móviles, sistemas alternativos de agua caliente o diseñando máquinas de corte por control numérico.
Si el destino os deja caer cerca de aquí, no dudéis en parar a echar un vistazo o a participar en un taller de fin de semana.
Imagenes: YESTERMORROW (todos los derechos reservados)
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